Los investigadores del caso de un hombre que murió en la madrugada de este lunes en una estación de servicio de la ciudad de Córdoba esperan un dato clave: el resultado de la autopsia. Además, llevan adelanteotras medidas de prueba.
La víctima -identificada como Guillermo Bustamante– murió cuando había sido arrestada por la Policía provincial, tras discutir con el playero por el monto del combustible que había cargado. La esposa del automovilista fue testigo de todo y apuntó contra los agentes.
Carlos Nayi, el abogado de la familia, destacó que esperan los resultados de los exámenes forenses practicados al hombre y que además se realizan otras medidas para esclarecer el caso.
“Se secuestró material fílmico de la estación de servicio y de cámaras de los alrededores. Se está trabajando en la Unidad Judicial de Homicidios y hay gran cantidad de testimonios. Todo lo que tiene ver con las medidas de prueba y preservación de prueba están ordenadas por la Fiscalía”
Por el momento no hay detenidos por el hecho. Fuentes del Ministerio de Seguridad cordobés, al mismo tiempo, indicaron que también se encuentran a la espera de los resultados de la necropsia.
la esposa de la víctima, dio detalles de lo que pasó: “Lo metieron al patrullero entre cuatro o cinco policías mientras él le gritaba que se sentía mal, que lo dejaran y yo les decía que me lo iban a matar, pero no hacían caso”, dijo.
Por su lado, el comisario mayor Cristian Barrios, subdirector general de la fuerza, aseguró que el playero se comunicó con el 911 porque el conductor se negaba a pagarle el combustible. En línea con sus declaraciones, el hombre se habría resistido a abonar y “se puso violento con el personal”.
Con respecto a la causa, precisó que “todo es materia de investigación, está todo el registro fílmico y la Justicia analizará, también hay que esperar al informe forense para saber cómo murió”.
La muerte de Bustamante, un hombre que tenía 39 años y era papá de un niño de 5 años, ocurrió en una estación de servicio ubicada en calle Octavio Pinto y Mariano Castex, en el barrio Villa Páez, ubicado en el noreste de la ciudad de Córdoba.
Hasta allí el conductor de la Ford EcoSport había llegado a bordo de su vehículo tras finalizar su jornada laboral como gráfico en una panadería. Le pidió al playero que le cargara 10 mil pesos de nafta súper. Cuando el empleado quiso cobrarle el combustible comenzaron los problemas.
Bustamante “no estaba en sí, estaba como ido”. Relató que cuando le pidió que le abone lo que decía el surtidor, la víctima, que “tenía la plata en mano”, no quiso hacerlo.
”Me decía que ya me iba a pagar… Miraba los billetes, como que los contaba, los volvía a guardar en el bolsillo. Me preguntó el precio, qué combustible había cargado, si había cerrado bien la tapa”, recordó el empleado y explicó que le insistió varias veces sin respuesta.
Fuentes judiciales informaron oficialmente que, de acuerdo a los primeros datos que surge de la investigación, la Policía acudió al lugar por pedido del personal de la estación tras una discusión con el fallecido por el pago del combustible cargado.
La Policía llegó a la estación de servicio en cuestión tras el llamado del playero. En paralelo, a Bustamante lo llamó su esposa, preocupada porque tardaba. Y fue entonces que ella se enteró de lo sucedido y, como vive cerca, fue hasta la estación de servicio con la plata en la mano.
“Cuando le piden a la señora que corte la llamada, lo quieren reducir, se pone violento, no se deja agarrar y empieza a gritar que le quieren sacar la plata. Llegan más móviles a colaborar. Cuando ven que no lo pueden reducir entre cuatro, piden el DUAR”, fue parte del testimonio del playero.
Finalmente, lograron reducirlo y lo esposaron.“Lo metieron al patrullero entre cuatro o cinco policías mientras él le gritaba que se sentía mal, que lo dejaran y yo les decía que me lo iban a matar, pero no hacían caso”, fue parte del testimonio de la esposa de la víctima.
La escena siguiente la describió el playero en diálogo con la prensa: “Queda un efectivo con él atrás (en el patrullero). En eso cierran la puerta y el policía se pone a los gritos que se había sacado las esposas y que le había sacado el cargador del arma no letal”. Y agregó: “Abren las puertas y se desmaya”.
Según Agustina: “Estaba en el móvil y del móvil lo sacaron desplomado, lo quisieron reanimar y no pudieron, vino el servicio del 107 y me dijeron que mi marido estaba muerto”.
